Si no sabemos de dónde venimos, no sabremos -jamás ni nunca- hacia dónde vamos, las nuevas generaciones deben saber, deben conocer lo que nosotros vivimos en esa época ¡por la libertad del internet! Recuerdo las descargas del código fuente del Netscape eran una barbaridad de 200 megabytes cuando nos afanábamos de nuestros discos duros de 700 MB (yo tenía un flamante Samsung, IDE por supuesto que había comprado con un préstamo en el trabajo y duré 6 meses para pagarlo ¡un disco duro!). Seguir leyendo